Dicen que lo que bien empieza bien acaba. Y en estos primeros compases de la temporada 2019/2020 en el PGA Tour si hay un jugador que puede comprobar hasta qué punto es cierto ese refrán es el chileno Joaquín Niemann (62 golpes, -13), que dio un golpe encima de la mesa en la segunda jornada de The Greenbrier y se ha situado en estos momentos en el coliderato empatado con los estadounidenses Scottie Scheffler (62 golpes, -13) y Robby Shelton (65 golpes, -13).
El jugador sudamericano, que ya en la primera ronda dio muestras de que estaba dispuesto a comenzar de la mejor manera este nuevo curso, volvió a demostrar ante el gran público por qué está considerado uno de los jugadores jóvenes con más proyección a nivel global. Y es que, a sus 20 años, Niemann maneja el repertorio de golpes con una maestría propia de todo un jugador curtido en mil batallas. Fruto de ello han sido los 62 impactos firmados este viernes con un espectacular inicio que le valió para coger impulso de cara al resto de día.
Un birdie y un eagle en las tres primeras banderas le colocaban con la posibilidad de alcanzar los dobles dígitos en los primeros compases de viernes, algo que logró solo cinco hoyos después con un nuevo acierto en el par 5 del 17. A partir de aquí, cuatro birdies más en el 18, el 1, el 4 y el 5 con unas estadísticas realmente buenas –rozó el 90 por ciento de greenes en regulación y el 80 por ciento de calles cogidas- que dejaron patentes la ausencia de errores cubierta la primera mitad de campeonato.
Un torneo que mucho tendría que cambiar para que no se llevara algunos de los tres que se encuentran en cabeza. Y es que se ha abierto una brecha entre ellos y más allá del Top 5 que cierra un Kevin Chappell (59 golpes, -10) que ha entrado en la historia del PGA Tour gracias a nueve birdies consecutivos para ser el undécimo jugador que entrega una cartulina por debajo de los 60.