Oak Hills, el icónico complejo que acoge la 105 edición del PGA Championship sacó las garras en la primera jornada del segundo Grande de la temporada. Y es que el US PGA de esta semana está demostrando ser el tipo de Major en el que el par es un premio ya que todo lo que no sea coger calle es una penalización. El promedio en esta primera jornada ha rondado los 74 golpes (+4) en un día en el que los jugadores cogían 4 calles de cada 10.
Prueba de ellos es lo sufrido por el número uno del mundo. Jon Rahm jugó los primeros seis hoyos con -1, pero en las siguientes 10 banderas anotó un +8 para acabar con un 76 (+6). Un resultado que es su puntuación más alta en el PGA Tour en los últimos 12 meses. Pero no fue el único, Tyrrell Hatton se marchó con un 77, Jason Day, Abraham Ancer y el actual campeón del US Open Matt Fitzpatrick se fueron con otros 76 y Patrick Cantlay, Talor Gooch, Joaquin Niemann y Jordan Spieth, entre otros, se fueron hasta los 73 o más.
De los 156 que arrancaron en la primera jornada, solo 19 pudieron vencer al campo de los que 10 lo hicieron por la mínima. Otros 7 firmaron el par con el East Course y 17 entregaron cartulinas de +8 o más.
Oak Hill se sometió a una renovación espectacular antes del Campeonato de la PGA de este año. Se eliminaron miles de sus característicos árboles y se restauraron los contornos dramáticos de Donald Ross. Los cambios se realizaron para acercar a Oak Hills a su estado original, una propuesta aterradora para cualquiera que tenga una tarjeta de puntuación en la mano.
En los seis Majors anteriores jugados aquí (tres US Open y tres PGA Championships), el puntaje promedio en esos torneos para el campeón fue de alrededor de 4 bajo par (275.7). Solo un jugador logró terminar con dos dígitos bajo par. Fue Jason Dufner quién entregó -10 para ganar el PGA 2013. Treinta y un jugadores terminaron en cifras rojas aquí, pero 21 de ellos llegaron en ese mismo PGA de 2013.
Lo aterrador es que Scheffler, número dos del mundo, tercero con -3, dijo que el jueves podría ser el día más fácil de la semana. Y eso que un retraso por heladas permitió a los jugadores evitar las temperaturas más frías de la mañana y el derretimiento de las heladas pudo haber añadido un poco de humedad a los greenes haciéndolos más receptivos a los golpes de approach.
Y es que se espera que el viento se sume a la dificultad de este East Course ya que las previsiones para los próximos tres días es que aumente, con ráfagas que podrían alcanzan las 25-30 mph, o lo que es lo mismo 40-50 kmh. «Este lugar es bastante difícil», dijo Scheffler. Y podría ser aún más difícil, añadimos.
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