El Maestro vasco también reveló a los medios su motivación para ser vicecapitán en Bethpage Black: “No me quedan muchas Ryder Cups”

José María Olazábal vuelve esta semana a un escenario de grandes recuerdos, pero también de enormes desafíos. El bicampeón del Masters compite en el Senior PGA Championship en Congressional Country Club, un campo que ya conoce bien y al que regresa con respeto y admiración: “Es fantástico volver a un sitio como este. Lo jugué en los 90 y después vi ganar a Rory en 2011. El campo está diferente, pero igual de exigente. Los greenes están firmes y no permiten margen de error”.

Olazábal, que reconoce que su juego no atraviesa su mejor momento —“mi juego corto no está fino y con estos greenes necesitas ser muy preciso”—, afronta la semana como un desafío más en su larga carrera: “Tendremos que jugar un golf excelente para firmar una buena tarjeta”.

"Estar con el equipo, disfrutar de cada momento… Y repetir con Luke también ha influido en mi decisión"

Pero su presencia en Estados Unidos va más allá de lo competitivo. La Ryder Cup 2025, que se disputará este otoño en Bethpage Black (Nueva York), planea en el horizonte, y Olazábal formará parte del equipo europeo de trabajo. El vasco, que durante años fue reacio a asumir un rol activo en ediciones jugadas en suelo americano, ha decidido sumarse por una razón muy clara: “Sé que no me quedan muchas Ryder Cups, y creo que los jóvenes deben tener más protagonismo. Pero el reto de ganar en Nueva York es enorme. Es difícil ganar fuera y más en un sitio como ese. Eso me motivó a decir que sí”.

Olazábal no escatimó elogios hacia Luke Donald, capitán europeo por segunda edición consecutiva, con quien comparte “una gran conexión” desde Roma: “Allí fue muy especial. Estar junto al equipo, disfrutar de cada momento… Y repetir con Luke también ha influido en mi decisión”.

El recuerdo de Medinah 2012, donde capitaneó una histórica remontada europea, sigue muy presente: “Hay muchos momentos inolvidables, como el hierro 7 de Luke en el 17 o cómo acabó Poulter el sábado. Pero lo más especial fue después, en el vestuario, abrazándonos, llorando todos juntos. Eso lo llevaré siempre conmigo”.

Consciente de que el desafío de ganar fuera de casa se ha convertido en una obsesión dentro del equipo europeo, Olazábal lo resume con claridad: “Amamos los retos. Ganar una Ryder fuera es uno de los mayores. Y en Nueva York será aún más especial”.

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