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El donostiarra se mete en los últimos partidos del sábado con una vuelta colosal. Foto: @adrianotaegui
Tendremos que seguir buscando el primer gran pleno de la temporada en el European Tour. Y es que el Scottish Open, a pesar de haberse mostrado en las primeras horas como un terreno propicio para conseguirlo, le ha cerrado el camino a Álvaro Quirós (72 golpes, -1), que se despide de esta prueba previa al cuarto y último Major del curso y, en el caso del gaditano, se queda con las ganas de poder formar parte del field de Royal Portrush -todavía le estará dando vueltas el andaluz a aquel bogey en el 72 de Valderrama que le privó de la invitación-.
Aunque quedémonos con las noticias positivas -que no son pocas-. Empezando por la gran exhibición de Adrián Otaegui (64 golpes, -11), que llevaba tiempo sin prodigarse por los primeros lugares de la clasificación de un torneo. El guipuzcoano, que presentó una tarjeta muy colorida en los primeros 18 hoyos, protagonizó una de las grandes actuaciones del viernes después de sellar una cartulina con cinco birdies y un eagle sin errores y subir veintitrés plazas hasta encaramarse hasta la sexta posición que ocupa en estos momentos, a tres de Slattery (64 golpes, -14), Van Rooyen (64 golpes, -14) y Wiesberger (61 golpes, -14), líderes de la prueba.
Rafa Cabrera (67 golpes, -9) y Pablo Larrazábal (66 golpes, -9) son los otros dos españoles que se quedan a solo dos impactos de colarse en la zona noble gracias a sendas cartulinas en las que han evitado con maestría los errores -de hecho, el catalán solo cometió un bogey y el canario un doblebogey en todo el día- y se quedan en el Top 20, una posición que habría podido ocupar Gonzalo Fernández-Castaño (68 golpes, -8) si no llega a ser porque -tal y como le sucediera ayer- un error en la última bandera se lo ha acabado impidiendo.
Junto a ellos, Nacho Elvira (68 golpes, -6) selló su participación en la jornada del movimiento tras conseguir un eagle en su antepenúltima bandera que le permitió acceder a los 36 últimos hoyos. Así como, Jorge Campillo (68 golpes, -5), al que un acierto sobre la bocina le da la oportunidad de no marcharse a Irlanda del Norte antes de tiempo.
