Hace unas horas hemos vivido sobre la hierba de Quail Hollow una de las situaciones más surrealistas de los últimos tiempos sobre un campo de Golf y tiene como protagonista al australiano Rod Pampling. El oceánico, que salía desde uno de los últimos partidos del viernes llegaba al hoyo 9 –empezó su vuelta por el 10- sin ninguna opción de pasar el corte, ya que hasta ese momento acumulaba un doce sobre par. La noche iba llegando al campo como consecuencia de la suspensión de la tarde y la amenaza de la sirena era una realidad –y con ella la obligación de hacer noche y tener que madrugar para disputar la última bandera-.
“De eso nada”, llegó a pensar Rod, quien se encaminó al tee de salida sin ni siquiera ponerse bien el guante y disparó de cualquier manera para así tener la oportunidad de finalizar el hoyo. Nos hubiese gustado ver la cara de incredulidad de los espectadores –si es que hubiese habido alguien ahí en ese momento-, pues ese impacto lo podría haber firmado cualquiera de ellos. De hecho, aunque el hoyo lo finalizó con doblebogey tras costarle una barbaridad sacar la pelota de la zona de los árboles, no perdió el sentido del humor y, a través de Twitter, contentó al PGA Tour sobre la publicación del vídeo.
“Estoy feliz de ayudar a los chicos. Ellos me chocaron la mano cuando cogieron la pelota”. Genio y figura.
Beating the darkness.
Sometimes you just need to get the round in before the horn sounds. pic.twitter.com/eznf5wPDzB
— PGA TOUR (@PGATOUR) 12 de agosto de 2017