Todos aquellos que pensaban que con todo lo vivido en Hazeltine Tiger se iba a tomar unos días de descanso estaban muy equivocados. El jugador californiano, si no falta a su palabra, reaparecerá la próxima semana en el Silverado Resort and Spa para la disputa del Safeway Open, el torneo que abre la nueva temporada en el PGA. En éste tratará de arrancar con fuerza en un año que espera que sea, al menos, respetuoso con las lesiones –recordemos que lleva sin disputar un solo torneo oficial desde agosto de 2015, cuando terminó en el Top 10 del Wyndham Championship-. Y para que todo vaya según lo previsto tiene que ultimar su puesta a punto.
Es decir, que no pasó de ejercer la vicecapitanía en Minnesota a tumbarse en el sofá viendo unas series para celebrar el triunfo del Team USA. Más bien todo lo contrario. Festejó el triunfo con los suyos durante un rato y después tomó un avión rumbo a Jupiter (Florida) para seguir a lo suyo. Lo más importante en estos momentos para el otrora número uno del mundo es sorprender al público, que no le vean como la típica estrella venida a menos que aguanta sus últimos días sin pena ni gloria. Y eso pasa por entrenar a buen ritmo, como señaló el deportista sueco Jesper Parnevik, que tuvo la oportunidad de compartir unos cuantos hoyos con el californiano hace unos días.
“Vi a Tiger en el Medallist”, confesó el escandinavo a Golf Digest. “Hablamos durante un buen rato y jugamos nueve hoyos juntos. Tengo que confesar que le vi muy bien de forma, con unos grandísimos golpes y con unas ganas enormes de reaparecer. Su distancia y el vuelo de su bola son como las que conocí hace 15 años. Con los regresos nunca se sabe, pero de poder demostrarlo se encuentra a un nivel espectacular”, apuntó.
Queda poco para salir de dudas, pero ya solo con hacer un digno papel durante esta temporada los aficionados del mundo estero se darían por satisfechos. Y más aún tras el año en blanco que le precede.