Quien tuvo, retuvo. Eso al menos es lo que dice el refrán. Y en el caso de Ángel Cabrera, ganador del Masters de Augusta en el año 2005, no ha sido una excepción. El argentino jugó esta pasada semana su primer torneo desde que saliera de prisión después de haber sido condenado a dos años de internamiento por violencia de género contra dos de sus ex parejas. Lo hizo sellando un Top 10 en el Abierto del Litoral, torneo ubicado en la serie de desarrollo del PGA Tour Latinoamérica.
Aunque más allá de su labor en el campo, lo verdaderamente importante sucedió en una extensa entrevista concedida a Golf Digest. En esta, el argentino confesó que la llegada de su hijo Alfonso, nacido en noviembre de 2022, le ayudó a abrir los ojos acerca de todo lo sucedido en los últimos años. “Volver a ser padre me ha hecho querer mejorar como persona para ayudarlo a crecer. En el período en el que he estado en prisión me he dado cuenta de que no me he comportado bien. Hubo noches en las que agradecí a Dios mi encarcelamiento. Lo que había estado haciendo era una locura”, señalaba el jugador sudamericano.
“He hecho daño a los demás y a mí mismo. Ya está hecho y no puedo borrarlo. Lo único que puedo hacer es seguir adelante y ser alguien diferente”, añadió, poco antes de confesar que durante sus seis últimos meses en prisión -en los que estuvo solo- estuvo releyendo viejas revistas de golf sobre él mismo: “Me dio nostalgia, pero me ayudaba a pasar el tiempo. Recordaba casi todos los golpes de aquel domingo en Augusta y los repetía en mi cabeza. Mi sueño es regresar allí. Sería un privilegio”.
Todo ello antes de admitir que su intención pasa por integrarse en el Champions Tour: “Me arrepiento de todo lo malo que hice, pero he pagado mis deudas. Ahora quiero regresar y mi objetivo es prepararme para jugar en el Champions. Mentalmente me siento preparado, porque el golf lo es todo para mí. Es mi vida”, sentenció.
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