Si hay un jugador al que le ha cambiado la vida la disputa de la Ryder Cup de 2014 en Gleneagles ese fue Patrick Reed. No porque consiguiera en méritos deportivos nada destacable más allá del debut en esta competición –es más, Estados Unidos cayó derrotado por un claro 16,5 a 11,5– sino porque se llevó tan grata impresión del público europeo que es por esto que ha hecho del circuito del viejo continente un lugar en el que pasar algunas semanas a lo largo del año –recordemos que es miembro de la gira-.
Y eso que la relación no empezó con buen pie después de que Capitán América, en un momento de unos de sus duelos, mandara callar a los espectadores llevándose el dedo índice a su boca. Esto hizo que desde Europa se le empezara a tener como el enemigo público número 1. Una tensión que se quedó dentro del campo y sobre la que no duda en argumentar que forma parte de la mejor competición del mundo del Golf. “Estoy seguro de que esta semana me abuchearán. Y tengo muchas ganas de vivirlo”, comentó entre risas el propio Reed en la rueda de prensa previa al BMW PGA Championship.
“La relación con los espectadores europeos es muy buena. Saben que todo esto forma parte del juego y estoy seguro de que esta semana viviremos algunas bromas de ida y vuelta. Siempre es increíble jugar aquí porque entienden de qué va esto. Entienden el golf. Quieren disfrutar de un gran espectáculo y aprovechar para animar al tipo con el que les toca meterse una vez cada dos años. Va a ser increíble tenerlos de mi lado esta vez”, argumentó el norteamericano, que jugará esta semana su tercer evento consecutivo en el viejo continente.
“Siempre quise ser un jugador mundial y ayudar a que este deporte creciera en todo el mundo, no solo en los Estados Unidos. Para mí sería mucho más fácil quedarme en casa y jugar el PGA, pero siempre he tenido como objetivo compaginar los dos tours”, sentenció el norteamericano, que volverá esta semana a uno de los campeonatos más esperados en la temporada del Tour Europeo.