A estas alturas ya tenemos prácticamente asumido que nada volverá a ser igual tras esta crisis sanitaria que estamos atravesando: nuestra manera de ver la vida y nuestras costumbres experimentarán un cambio, así como el mercado laboral y el mundo del deporte en general. Muchos expertos lo están adelantando: el mundo entero va a sufrir la mayor recesión del último siglo. Es por esto que son muchas organizaciones las que han decidido coger el toro por los cuernos para hacer ver a sus asociados que, cuando todo vuelva a la normalidad, se van a enfrentar a unas cuantas variaciones de gran calado.
Uno de los primeros en advertir de esta problemática está siendo el European Tour que, de la mano de Keith Pelley, ha transmitido a los jugadores de la gira los diferentes escenarios que se plantea el circuito para tratar de capear unos tiempos convulsos en los que la unidad debe actuar como motor principal. “Nuestra gira ha disfrutado en los últimos años de un período significativo de crecimiento”, comienza diciendo la nota publicada este mismo martes en el Telegraph. “Lamentablemente, el impacto del coronavirus ha detenido todo y requerirá que reevaluemos muchos elementos«, seguía, antes de enumerar algunos de los cambios que viviremos en los próximos meses.
“No estamos hablando sólo de la eliminación de los salones destinados a los jugadores Top o de los vehículos de cortesía, sino también de algunas cosas que afectan a todos como las bolsas de premios. La realidad es que la pandemia tendrá un profundo efecto económico en el Tour, tanto a nivel de patrocinadores como de cobertura. Es por esto que estamos buscando soluciones que van desde albergar torneos múltiples en la misma ubicación hasta jugar tres o cuatro campeonatos consecutivos en Reino Unido con una cuarentena previa de 14 días para que los jugadores que no sean de aquí puedan venir y se confinen por adelantado, si ese requisito de salud todavía está vigente”, explicó el hombre fuerte del Tour.
Y es que este es el miedo que tienen en este punto las altas esferas de este deporte, que nadie puede asegurar cuándo puede volver la normalidad y bajo qué condiciones. Aunque Pelley apunta una fecha: septiembre. “Los gobiernos y las autoridades sanitarias nos dan el visto bueno para reanudar el juego en la primera semana de septiembre. Eso nos da 16 semanas entre ese punto y Navidad para intentar jugar tantos campeonatos como nos sea posible”, sentenció. Un auténtico jarro de agua fría para los que pensaran, como Trump, que a finales de junio ya podría volver todo a funcionar.
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