Muchos se echaron las manos a la cabeza cuando Catriona Matthew hizo público que una de sus invitaciones para la Solheim Cup tenía escrito el nombre de Suzann Pettersen. Después de todo, la veterana jugadora noruega llevaba dos años en los que apenas había podido disputar tres eventos stroke play. Pero a buen seguro que hoy en día nadie duda de que la decisión adoptada por la capitana europea fue la correcta. Necesitaba experiencia, saber estar y que no le temblara el pulso en los momentos clave. Y ayer lo demostró con el putt que le devolvía la Solheim Cup a Europa después de dos ediciones de reinado de Estados Unidos.
Ni ella misma sabía en ese momento que su purito de dos metros le servía al viejo continente para llevarse el triunfo. Sin embargo, lo que sí que tenía claro es que ese encuentro ante Morgan Alex iba a ser la última vez que se enfrentara de manera profesional a un torneo. “Después de ganar como madre ya puedo decir definitivamente que esto es todo”, comentó la deportista nórdica momentos después de que el Team Europe consumara la sexta victoria en esta competición. “Nada puede superar a esto en mi carrera. Meter el putt para ganar la Solheim es lo máximo”.
“De hecho, me atrevería decir que es un punto final perfecto para mi carrera. Hace cuatro meses no sabía ni siquiera si iba a poder estar aquí y poder charlar con la capitana y ver la confianza que tenía depositada en mí me hizo darme cuenta de que todos estos años no podían haber acabado mejor”, sentenció. Un guante que recogió la propia Catriona Matthew, que le dedicó unas palabras cargadas de cariño y respeto.
“Ha sido una de las pioneras del golf femenino europeo. Hemos jugado en siete u ocho Solheim juntas, lo que hace que sea una parte fundamental de nuestro golf. Qué mejor momento de despedirse que éste, en la cima”, argumentó.