Podría ser ahora o nunca. El US Open de Torrey Pines le llega a Phil Mickelson como la última gran oportunidad que tendrá de conseguir el ansiado Grand Slam. Tras su reciente triunfo en el PGA Championship que sorprendió a propios y a extraños, el genio de San Diego llega al torneo en uno de los mejores momentos de los últimos años y con el añadido de que el evento se disputa en San Diego, su casa. Y es que tras seis subcampeonatos en el US Open, Lefty debe agarrarse a lo que sea para intentar entrar en el Olimpo del golf.
Es por esto que el norteamericano ha decidido variar la preparación del Grande en relación a cómo le venía haciendo en los últimos tiempos. Y la primera gran decisión que ha tomado ha sido prescindir de las redes sociales -algo que imaginamos le habrá costado un mundo al ser un asiduo a ellas en los últimos años-. “Es una oportunidad única, porque nunca he conseguido vencer en el US Open. Además, se juega en mi casa”, comentó el zurdo a los periodistas en la rueda de prensa previa al campeonato.
“Es por esto que he querido prepararlo a conciencia y he decidido acabar con todo el ruido que se genera alrededor de la competición. Así que he apagado el teléfono”, señaló el estadounidense. De hecho, como puede apreciarse en su perfil de Twitter, quitando un tweet promocional que se publicó el pasado lunes, el último tweet de Mickelson data del miércoles pasado. Aquí, respondió con humor a una noticia en la que se informaba sobre una serie de temblores que tuvieron lugar en San Diego. “Fue mi culpa. Estaba probando algunos golpes con el driver”, señaló.
Además, aunque es un campo que conoce a la perfección, Lefty lleva una semana en el terreno preparando el complicado recorrido que ha ideado la USGA. Toda una declaración de intenciones para intentar seguir haciendo historia en los Majors.