No hubo sorpresa final en la jornada de foursomes y Thomas Pieters y Thomas Detry (68 golpes, -23) entraron por la puerta grande en la historia de la Copa del Mundo al llevar a Bélgica a su primera victoria en esta competición. En una tarde en el que pesaron más las ganas de no fallar, la pareja centroeuropea bajó de los 70 impactos para llenar de color un frío día sobre el Metropolitan Golf Course australiano y desplazar a Australia (65 golpes, -20) y a México (66 golpes, -20) a las restantes posiciones del podio.
La ventaja acumulada hasta ese cuarto y último día de competición era tan grande que solo una ronda superlativa, unida al fallo de los Thomas, supondría un cambio de líder. Y lo cierto es que hubo momentos en los que se llegó a cuestionar el liderazgo de la pareja belga, coincidiendo con el principio y el final de sus 18 hoyos. Al comienzo, por ese bogey en el par 3 del hoyo 2 -aunque después lo solucionaron con un eagle y dos birdies en los restantes siete primeros hoyos-, y al final, donde la cartulina se tiñó de forma consecutiva de aciertos y errores.
Pero ni por esas les llegaron a alcanzar. La cartulina de la pareja local con siete golpes por debajo del par solo sirvió, eso sí, para alcanzar una segunda plaza que prácticamente se les escapaba el viernes después de firmar 76 golpes. De esta manera Marc Leishman y Cameron Smith le otorgan a Australia el sexto subcampeonato en esta competición, mientras que México también estrena su palmarés en esto de salir en el segundo escalón del podio.
España (75 golpes, -7), con Adrián Otaegui y Jorge Campillo, volvió a pecar de inconsistencia en el foursomes y una vuelta con 75 impactos –seis bogeys y tres birdies tuvieron la culpa- los acabó descendiendo al puesto 21 de entre las 28 parejas, un puesto que les deja en el vagón de cola en una de las actuaciones más flojas de los últimos tiempos.