Si muchos alucinaron con el extraordinario putt que el californiano embocó en la penúltima bandera del pasado Valspar Championship, lo que consiguió este jueves en Bay Hill no le tiene nada que envidiar. Y es que Tiger convirtió uno de los putts más largos de lo que va de temporada con una calidad propia de aquellos que están hechos de otra pasta.
Ni más ni menos que 22 metros y medio eran lo que separaban la bola del estadounidense de la bandera del par 3 del hoyo 7. Pero, ni corto ni perezoso, el ex número uno del mundo se dirigió a la bola con confianza, disparó y… ¡bang!