Lo podía haber solucionado hace unos días en Harbour Town, pero un domingo atípico le apartó de su primera victoria desde el WGC-HSBC Champions de noviembre de 2012. Había arrancado muy bien la ronda, con un birdie en su primera bandera que hacían presagiar un gran día para el británico, pero conforme pasaron las horas se fue diluyendo como un azucarillo en el café hasta el punto de quedar fuera de los diez primeros clasificados.
Este T11 final, además de producirle la ansiedad propia de quien lucha por la victoria y al final se acaba fundiendo como un jugador más entre el pelotón, trae consigo un ultimátum al bueno de Poulter: tiene que lograr 30624 dólares esta semana en el Valero Texas Open si quiere seguir perteneciendo al circuito norteamericano en el resto de torneos que quedan de esta temporada –sin contar con exenciones por parte de los patrocinadores-. Y no, no vayan a pensar que se trata de una extorsión.
El problema radica en que el inglés partía esta temporada con una exención médica tras una lesión en el pie que le habilitaba para disputar diez eventos en el presente curso, de los cuales ya ha consumido nueve. En estos tenía que llegar a la cifra aproximada de 350 mil dólares, algo que casi ha cumplido. Pero le resta el último paso. Y es que según fuentes consultadas, el que fuera estrella en la Ryder Cup de Medinah, necesita no acabar por debajo del T36 empatado con dos jugadores para seguir compitiendo al más alto nivel hasta la finalización de la 2016/2017.
No estaría con la soga al cuello si hubiera conseguido firmar un golpe menos el pasado domingo, pero cuatro dolorosos bogeys en medio de su vuelta se lo impidieron. Así pues, tratará de impresionar en San Antonio para seguir paseando la cruz de San Jorge por Estados Unidos.
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