Jon Rahm estaba contra las cuerdas. Marchaba con +3 en el día y tenía que sacarse de la chistera algo para seguir con posibilidades de llevarse a casa el Canadian Open. Y entonces llegó el par 5 del hoyo 16. Tras una salida rompedora y después de un decente approach que dejó la bola en green, el joven golfista español debía embocar para quitarse de un plumazo dos golpes… Y entonces sucedió esto.






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