Parece que sea el tema de nunca acabar, pero es que muchos jugadores dan la impresión de desear que los medios hablemos de esto una y otra vez con sus acciones sobre el campo. Y el ejemplo más claro lo tuvimos en el último partido del Farmers Insurance Open, donde Alex Noren y JB Holmes se citaron en la calle del último hoyo con opciones para cualquiera de los dos de llevarse el torneo. Y aquí empezó el primero de los problemas: cuando alguien se juega algo nunca da la impresión de estar preparado y se llena de dudas ante el siguiente golpe, que puede resultar definitivo.
Pero una cosa es esa y otra demorar tanto el juego que hasta los aficionados se impacienten y exijan más brío. Y es que tampoco es de extrañar viendo lo que tardó el deportista estadounidense en poner su bola en juego: ¡nada menos que cuatro minutos y diez segundos para realizar su golpe a bandera! Han leído bien. 250 segundos en los que se pensó y repensó cómo debía enfocar el tiro para lograr el eagle que le condujera al PlayOff.
Y a todo esto el sueco en la calle, al lado de su bola, viendo pasar el tiempo e intentando que no le afectara mucho en su idea inicial -necesitaba un birdie para salir campeón-. Pero obviamente, este exceso de pausa acabó teniendo efectos sobre él, que acabó sellando el par para vérselas con Day y Palmer en la muerte súbita.
Tras esto, los comentarios de sus compañeros de circuito no se hicieron esperar en las redes sociales, criticando a Holmes por su falta de compañerismo en un lanzamiento que, según el Manual del Jugador del PGA Tour, no puede demorarse más de 40 segundos. Sin embargo, él, tal y como mostró ante las cámaras de la CBS poco después de finalizar su ronda, en ningún momento se arrepintió de lo ocurrido: “No lamento lo sucedido. Todavía podía ganar e intentaba apurar mis opciones. Solo eso”. Unas “disculpas” que tendría que tener en cuenta el circuito para próximos meses.
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