Justin Rose se encontraba el domingo muy cerca de la victoria en Muirfield Village. Le bastaba firmar un birdie en el 18 para sumar su segundo título en casa de Jack Nicklaus. Sin embargo, después de una salida al bunker el inglés necesitaba un buen segundo golpe que le dejara un putt fácil para llevarse el torneo. No fue así. La bola salió despedida con mucha velocidad hacia la derecha, tan a la derecha que fue a parar hacia la zona del público, concretamente a la cabeza de uno de ellos.
El golfista británico enseguida fue a preocuparse por la salud del hombre al que alcanzó -las imágenes muestran como golpea la bola al individuo- y le regaló uno de sus guantes. Para que luego digan que ser espectador no es peligroso.





