Sin avisar a los anfitriones, por sorpresa, así ganó el golfista de Le Mans Julien Quesne, un jugador ya maduro de 31 años que no contaba en los pronósticos para vencer en el Abierto de Andalucía disputado en Marbella.
¿Y quién es Quesne? Pues un jugador francés de los muchos que pueblan el Tour, pero que acabó igualando el récord de Aloha (64 golpes), que en sus últimos 36 hoyos no cometió ‘bogey’ alguno y que metió 13 ‘birdies’.
Quesne es un francés que sabe lo que es ganar en el Challenge y el Allianz Tour y que necesitaba para su presente un triunfo como el de Aloha y, para el futuro, un golfista que entrará en la órbita que ha diseñado la federación francesa para llevar a alguno de sus golfistas hasta la Ryder Cup que organizan en París para 2018.
Sobre esa perspectiva se trabaja ya desde las instancias oficiales del país vecino. Quesne no entraba en los planes de París 2018, como Levet, Bourdy, Dubuisson o Jaquelin, pero a partir de ahora sí. Bob Rotella, al que ha contratado la Federación francesa, ya tiene un golfista más a quien impartir sus tareas.
Quesne obtuvo el primer título de su carrera en el circuito europeo. Su triunfo se fraguó lentamente, desde puestos rezagados hasta llegar al liderato mediada la última vuelta, en la que partió con ventaja el catalán Eduardo de la Riva.
De la Riva -dos días como líder- planteó su estrategia final para amarrar el triunfo, que necesitaba para sobrevivir en el Tour del que no tiene tarjeta, con tres ‘birdies’ sin fallos hasta el hoyo 17.
Pero Quesne fue superior: 8 ‘birdies’ sin errores, para firmar 64 golpes -iguala el récord del campo- y una victoria por dos golpes de ventaja (-17) sobre el italiano Matteo Manassero (-15) y de tres sobre De la Riva (-14).
Miguel Ángel Jiménez, promotor del torneo, acabó en la séptima plaza.