Algo extraordinario debería de ocurrir en el resto de torneos en los que participará Rafa Cabrera (74 golpes, +5) en los compases finales de temporada en el PGA Tour si el grancanario quiere recuperar los derechos completos de juego. Y es que el deportista español ha vuelto a irse por la puerta de atrás de un evento en el mejor circuito del mundo después de dos vueltas en las que apenas pudo hacerle daño a Innisbrook Resort y con las que acumula el cuarto corte fallado en los seis últimos torneos al otro lado del charco.
Lo cierto es que, después de un jueves en el que prácticamente no le salió nada al deportista insultar, este viernes esperábamos ver a un Rafa incisivo desde los primeros compases que le permitiera llegar con opciones al final del día. Y, de hecho, todo empezó a pedir de boca para él con un acierto en el 1 que lo volvía a situar en la senda correcta. Sin embargo, el castillo de naipes se vino abajo sin ni tan siquiera terminar la base. Dos bogeys en el 3 y el 5 ponían el +1 en el día al término de la primera parte del recorrido y convertían en una heroicidad su intento de acceder al fin de semana.
Así, aunque muy pronto consiguió de nuevo colocar la cartulina al par con un acierto en otro par 5 como el del 11, un bogey en el 13 tras errar un putt de menos de dos metros y, sobre todo, un doblebogey en el 16, dictaron sentencia sobre la participación del español en Palm Harbor. De este modo, Rafa se vuelve a ir con las manos vacías de un evento en Estados Unidos y cada vez son menos las oportunidades que le restan para seguir una temporada más con los mejores de este deporte.
Todo ello en un día en el que los norteamericanos Keegan Bradley (66 golpes, -12) y Sam Burns (63 golpes, -12) abrieron brecha en la parte alta de la clasificación al aventajar en cuatro impactos al grupo perseguidor. Una zona alta de la que los dos mejores jugadores del mundo, Dustin Johnson (68 golpes, -3) y Justin Thomas (71 golpes, -2), se encuentran bastante alejados.