Se nos presenta una tarea la mar de difícil este domingo si queremos ver a un español levantando el primer US Open de nuestra historia. Y es que Rafa Cabrera (74 golpes, +2), nuestra mejor baza para los últimos 18 hoyos en Winged Foot, se ha situado a siete impactos del líder Matthew Wolff, que ha igualado el récord del campo que estableció el pasado jueves Justin Thomas y ha mandado un serio aviso a navegantes en el segundo Major que disputa como profesional.
El norteamericano llevó a cabo una ronda rozando la perfección en la que la primera parte del recorrido demostró de lo que era capaz convirtiendo cinco birdies sin errores que lo catapultaron a lo más alto de la clasificación. Unos guarismos que apenas sufrirían variaciones después de que la parte final la sellara con un bogey en el 16 y un nuevo acierto en el 18. En total, un cinco bajo par que le permite mirar con comodidad al resto de integrantes del campeonato, pues son dos golpes los que lleva de ventaja a Bryson DeChambeau (70 golpes, -3) y cuatro sobre Louis Oosthuizen (68 golpes, -1), tercer y último integrante con una cartulina en negativo.
Aunque hablemos de Rafa que, a pesar de que en un principio controlara a la perfección los nervios por salir en el penúltimo partido de un Major, se acabó dando de bruces contra un campo que no regaló absolutamente nada. Algo que se puede apreciar dándole un simple vistazo a su cartulina, donde lo único que consiguió anotar fueron los bogeys en el 5 y el 8 y el doblebogey del 11. Cualquier intento del grancanario por crearse oportunidades de birdie era respondido con severidad por los greenes, donde esta vez no fue tan eficaz como en la segunda manga.
Esta es la razón por la que Rafa finalizó en la octava plaza, una posición desde la que todavía ve un hilo de esperanza y desde la que dará todo por colarse en la lucha. Batalla que, lamentablemente, tendrá muy complicada Jon Rahm (76 golpes, +7) después de una jornada del movimiento que desde el inicio dio visos de cómo se iba a desarrollar con los tres bogeys en las tres primeras banderas. A raíz de aquí, y pese al conato de recuperación del vizcaíno en el 5 con un birdie, el León de Barrika puso el piloto automático y se dejó ir poco a poco.
La muestra más clara fueron los cuatro bogeys sin aciertos en la segunda parte del recorrido que lo sitúan con un siete sobre par total en el Top 31, muy lejos de las primeras posiciones. Ahora bien, nadie descarta todavía a Jon y un buen comienzo el domingo podría facilitar el caldo de cultivo perfecto para aspirar a todo.