Todavía falta un pequeño empujón, pero Rafa Cabrera Bello (69 golpes, -9) está cada vez más cerca de la victoria en el PGA Tour. Este domingo fue en Bay Hill, una de las citas por antonomasia de principios de año en el calendario del circuito americano. No era una empresa fácil, pero lo cierto es que el grancanario puso todo su empeño para ganarse opciones de pelear por el triunfo hasta el final. Y de hecho se quedó muy cerca de lograrlo. El español, que partía con tres golpes de déficit con respecto al liderato del campeonato, bajó por segunda vez en estas cuatro rondas de los 70 impactos y se quedó a tres de un Molinari (64 golpes, -12) desatado en la ronda final.
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Y lo hizo basándose todo en un juego muy correcto, sin estridencias. Rafa se sintió muy seguro en sus golpes de salida, lo que le permitió conseguir cuatro aciertos sin errores hasta la llegada del hoyo 16. Si se le puede poner alguna pega al arsenal de golpes que catapultó en la tabla al isleño fue en lo referido a sus hierros. Y es que apenas se pudo dejar oportunidades claras de birdie durante el día, teniendo que patear hasta en dos ocasiones la gran mayoría de las veces para poder sacar el par y no despegarse de la parte alta de la tabla.
Una zona alta en la que, por otra parte, había irrumpido con fuerza Francesco Molinari después de entregar la mejor cartulina del día con ocho aciertos sin errores y subir 16 plazas para estrenar de la mejor manera su contrato con Callaway. Ante eso ningún rival pudo contestarle. Ni Rafa -que salió con bogey de la última bandera de la jornada- ni Matthew Fitpatrick (71 golpes, -10), quien partía desde la primera plaza al inicio de la cuarta ronda pero que acabó doblando la cuchara ante el buen hacer del transalpino.
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