A buen seguro que desde la organización han tomado nota de cómo transcurrió la primera jornada del US Open sobre la hierba de Winged Foot, con hasta 21 jugadores firmando una cartulina por debajo del par del campo y con Justin Thomas (65 golpes, -5) logrando incluso el récord del recorrido para situarse líder en solitario. “Pues para todo lo que habían dicho, el complejo neoyorquino no es para tanto”, se escuchaba decir una y otra vez a los espectadores en redes sociales. Pero esto no ha hecho más que comenzar y hay que tener muy en cuenta que hace unas horas los golfistas compitieron bajo unas condiciones muy benevolentes que no volveremos a tener en toda la semana.
Ausencia de viento, greenes firmes -aunque no excesivamente- y posiciones de bandera que recompensaban a aquellos que buscaban arriesgar un poco más fueron los ingredientes perfectos para que los golfistas registraran tarjetas que con toda seguridad veremos enfriarse con el paso de las horas pero que, de momento, nos sirven para tener hasta a dos miembros de la Armada en la parte alta de la clasificación. Se trata de Rafa Cabrera Bello (68 golpes, -2) y de Jon Rahm (69 golpes, -1), que han conseguido guarismos en rojo para situarse en la octava y la decimocuarta plaza, respectivamente.
Y eso que Rafa llegaba al segundo Major del 2020 en un mar de dudas después de sus últimos resultados en el PGA Tour. Sin embargo, el grancanario cogió el toro por los cuernos desde el inicio y dos birdies en el 4 y el 6 le permitieron sortear con maestría el doblebogey del 5 que amenazaba con retrasarlo en la tabla. Junto a estos, el eagle en el 9 tras un segundo golpe de manual que le dejó a dos metros del albatros fue clave en el día. Con él, fue capaz de jugar más tranquilo y, con dos birdies y dos bogeys, se sitúa momentáneamente a dos de un podio que completan, además de JT, Patrick Reed (66 golpes, -4) y Thomas Pieters (66 golpes -4).
Rahm también ocupó durante muchos minutos el Top 10 del evento, pero unos segundos nueve hoyos en los que no consiguió ni un sólo acierto -unido al bogey en el 16– le acabaron dejando fuera de la zona noble. Eso sí, queda un mundo -y más en este torneo- y no nos cabe la menor duda de que el vizcaíno volverá a asomarse por los primeros puestos siempre y cuando continúe jugando de la misma manera. Y es que Rahm lo hizo todo bien -de hecho, fue quien mejor porcentaje de greenes en regulación consiguió-, pero le falló lo que en muchas ocasiones le ha dado el triunfo: el putt.
El León de Barrika desaprovechó multitud de oportunidades con el putt para lograr unos cuantos birdies más y esto le pasó factura. No obstante se integra con los mejores y tiene al alcance de la mano competir el fin de semana. Así como Adrián Otaegui (71 golpes, +1), que completó un día con cuatro birdies y cinco bogeys para situarse en el Top 33. No pueden decir lo mismo Sergio García (74 golpes, +4) y Eduard Rousaud (76 golpes, +6), que necesitarán un vueltón el viernes para salir al campo el sábado.