Si alguien se había pensado que lo de Winged Foot en el primer día de competición iba a ser la tónica en el torneo, lamentamos indicarles que nada más lejos de la realidad. El complejo neoyorquino ha tardado en aparecer, pero lo ha hecho para reivindicar su estatus de coco y para mandar un serio aviso a los competidores del turno de tarde: vais a tener que sudar tinta si queréis hacer el corte y jugar los últimos 36 hoyos del US Open 2020.
De hecho, de todos cuantos salieron al campo en el turno de mañana tan sólo dos consiguieron ganarle la partida. Se trata de Bryson DeChambeau (68 golpes, -3) y de Bubba Watson (69 golpes, +1), que respiran desde ya aliviados en Casa Club sabiendo que sus resultados los van a colocar en la zona alta de la clasificación. Una posición que también ocupa Rafa Cabrera (70 golpes, -2), que haciendo de su putter todo un seguro de vida ha sido capaz de terminar al par su segunda ronda de competición y marcharse con un enorme -2 total que lo va a colocar en uno de los partidos del día de la jornada del movimiento.
El grancanario protagonizó un espectacular comienzo y un fin de fiesta fabuloso que le facilitaron la tarea de no perderle la cara al torneo en ningún momento. Dos birdies en los primeros compases en los hoyos 10 y 13 -cabe recordar que el isleño salió al campo por el 10– y otros tres aciertos en las cuatro últimas banderas –6, 7 y 9– hicieron olvidar los fallos que se produjeron por medio y le permiten defender con uñas y dientes una plaza que está muy cara. Y si no que se lo digan a Jon Rahm (72 golpes, +1), quien finalizó la vuelta con dos golpes sobre par después de tres birdies y cinco bogeys y se coloca con un +1 que lo sitúa dentro de los 20 primeros, mirando de reojo el Top 10.
De este modo nos aseguramos al menos dos integrantes en la jornada del movimiento -falta por ver si Sergio García es capaz de corregir su rumbo en el turno de tarde-. Y es que los que no van a estar con seguridad el fin de semana en su visita a la Gran Manzana son Adrián Otaegui (79 golpes, +10) y Eduard Rousaud (85 golpes, +21), quienes han vivido un día en el que no les salió prácticamente nada y se van de vacío del segundo Major de 2020.