Dos batallas estaban en juego esta semana en East Lake: una, la que buscaba coronar al mejor golfista de la temporada; y otra, la que pretendía adjudicar los 60 puntos en la clasificación global como premio a la victoria en el Tour Championship. Y en ambas hubo un jugador que brilló por encima del de todos los demás: Rory McIlroy. El jugador norirlandés se salió con la suya en una semana en la que fue de menos a más hasta adjudicarse el tercer triunfo de la temporada para volver al número 2 del ranking, una posición que no ocupaba desde la disputa del Players de 2017.
Una vuelta final con 66 golpes sobre la hierba del complejo de Atlanta en su encuentro ante Brooks Koepka le sirvió al europeo para mandar un mensaje tanto a los aficionados como a la propia estrella americana: he vuelto y quiero recuperar mi trono. Todavía queda un mundo para ello, aunque el primer paso en la buena dirección ya está dado. En estos momentos, Rory cuenta con 9,6258 puntos de media en la tabla, situándose todavía a tres de un BK al que veremos en estas lides unos cuantos meses más.
Tras él, aparece un Dustin Johnson que, tras finalizar en la última posición del campeonato disputado en Atlanta, sigue tratando de buscar una explicación a los últimos ocho torneos, donde apenas ha podido rascar dos Top 20. Los Justin –Rose y Thomas– ocupan el cuarto y quinto escalón, respectivamente, mientras que la sexta plaza está reservada para Jon Rahm quien, a pesar de no haber cuajado su mejor torneo, continúa aventajando a Patrick Cantlay en algo más de una décima.
Del resto de españoles inmersos en el Top 100 global, Rafa Cabrera ha descendido una plaza hasta pasar a ser el 40 del mundo, mientras que Sergio García también se ha dejado una posición por el camino y en estos momentos se encuentra en el Top 43. Jorge Campillo –del 73º al 75º– es el cuarto y último miembro de la Armada en retrasar su progresión de entre la crème de la crème mundial.