Han tenido que pasar tres rondas para que el putter de Jon Rahm (69 golpes, -9) comenzara a funcionar, pero lo cierto es que ha merecido la pena. El jugador español, a base de pico y pala, se ha hecho un hueco entre los diez primeros lugares de la clasificación con un juego preciso con los hierros, acertado con el putter y, de nuevo, sin tener compasión de los pares 5, a los que ha vuelto a torturar para conseguir colarse en la zona noble de la tabla.
Le ha costado más de la cuenta entrar en calor en esta jornada del movimiento, pero lo cierto es que cuando lo ha hecho nadie ha podido pararle. Empezó con un bogey en el 5, su primer par 5 del día, y a partir de aquí sus acciones no hicieron más que ir al alza. Empezando por el 9, de donde salió con un birdie, y terminando por unos nueve últimos hoyos en los que sumó hasta cuatro birdies más en su cartulina.
Especial trascendencia tuvo el de la decimotercera bandera, pues el español embocó la bola desde casi veinte metros para lograr uno de los grandes golpes del día. Esto le dio el chute de adrenalina que necesitaba y dos aciertos más en el 15 y el 18 le permiten a estas horas ocupar el octavo lugar de la tabla, a cuatro golpes de un podio que cierra el australiano Marc Leishman (68 golpes, -13) y que completan Rory McIlroy (68 golpes, -14) y el estadounidense Gary Woodland (68 golpes, -17).
Y es que el jugador norteamericano continúa al frente de la clasificación después de bajar por tercer día de los 70 golpes y de mostrarse impasible con los pares 5, unos hoyos que se están convirtiendo en un auténtico disfrute para los grandes pegadores. De esta manera aventaja en tres impactos al norirlandés y se convierte en el gran favorito para inaugurar el casillero de triunfos en el 2019.