Rahm desciende al T7 tras un final poco acertado en el Farmers en el triunfo sin paliativos de Reed

Pese a la polémica generada el sábado por el americano, el controvertido jugador se llevó la victoria de Torrey Pines con todo merecimiento

El deportista texano se subió a lo más alto tras contener a sus rivales el domingo. Foto: @PGATour

Con toneladas y toneladas de polémica, pero Patrick Reed (68 golpes, -14) puede presumir desde este domingo de haber logrado su novena victoria en el PGA Tour. El texano, salpicado el sábado por la larga sombra de las trampas, se acabó imponiendo a sus rivales en una ronda final con mucho acierto en la que apenas dio opción a nadie. Ni siquiera a Jon Rahm (72 golpes, -8), que llegaba a los 18 hoyos finales con el presentimiento de que todavía podía dar mucho que hablar en uno de sus campos talismanes. Sin embargo, el paso de los minutos le fue quitando la razón.

Y eso que el vizcaíno empezó fuerte el día, llegando incluso a situarse en el liderato después de contrarrestar el bogey en el 1 con tres aciertos en el 2, el 4 y el 6 -el primero de ellos una obra maestra desde el green a más de 14 metros de distancia-. Pero hasta aquí llegó la producción ofensiva del León de Barrika en el día. Por mucho que lo intentó, JR no le pudo rascar ningún golpe más a Torrey Pines y tuvo que presenciar cómo sus rivales le pasaban por la derecha en la lucha por el podio.

De hecho, Jon acabó anotando en la cartulina dos nuevos bogeys en los nueve hoyos finales para acabar relegado a la séptima plaza, a uno finalmente de un subcampeonato que acabaron compartiendo los nórdicos Viktor Hovland (71 golpes, -9) y Henrik Norlander (69 golpes, -9) y los norteamericanos Xander Schauffele (69 golpes, -9), Ryan Palmer (70 golpes, -9) y Tony Finau (69 golpes, -9). Eso sí, se distanció a seis impactos de un Reed que, lejos de la polémica suscitada en la jornada del movimiento con aquel alivio sin penalidad por la “bola incrustada”, llevó a cabo una gran semana de Golf.

El deportista de 30 años completó un final de campeonato con tres birdies, un eagle y un solitario bogey para ser el único del campo en subirse a los dobles dígitos en negativo y volver a vencer en la gira casi un año después, cuando lo hizo en el WGC-México.

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