Si hubiese una foto en el mundo que describiera lo que es la felicidad, esta tarde sería la de Jon Rahm recogiendo la copa que le acredita como campeón del Open de España por segunda ocasión consecutiva. Un torneo por el que pugnó desde el primer día y en el que a punto estuvo de lograr el récord en cuanto a golpes bajo par del evento nacional, pese a que ni él mismo conocía el dato. “No lo sabía. Lo único que tenía en mente era intentar batirme a mí mismo logrando el -25. Ojalá lo hubiese sabido, porque en el 17 fui a por todas cuando no tenía por qué haberlo hecho”, reconoció en rueda de prensa.
Finalmente presentó un meritorio 22 bajo par, aventajando en cinco impactos a Rafa Cabrera en un extraordinario día en el Club de Campo madrileño. “Tras el birdie del 14 lo cierto es que me relajé un poco. Después de que el público me diera tanto durante estos cuatro días lo que me apetecía era disfrutar del momento”, señaló el vizcaíno, que reconoció que su próximo objetivo pasa por una Race to Dubai en la que en estos momentos ocupa el primer puesto -cabe recordar que desde Seve en 1991 ningún español sale campeón de la orden de mérito-.
“Es cierto que no voy a jugar hasta el último torneo del European Tour y que, por lo tanto, ya no iré primero cuando vuelva a competir, pero voy a pelear por todas por llevármela”, sentenció, antes de concluir con un precioso mensaje a la pregunta de cómo se encontraba en estos momentos. “Ha sido un fin de semana tan bonito y emotivo que me cuesta describir hasta cómo me siento”.