Detrás de la tormenta siempre llega la calma. De esta manera podríamos definir la actuación de la Armada en el comienzo de este Open de Houston, torneo que precede al primer Grande de la temporada en Augusta. Y es que tras el huracán provocado por Jon Rahm (71 golpes, -1) hace solo unos días en Austin, las aguas parecen haberse calmado un poco en este nuevo inicio de campeonato en el PGA Tour.
Pese a estar encuadrado en uno de los grandes partidos de estas primeras horas junto a Phil Mickelson (72 golpes, Par) y Daniel Berger (70 golpes, -2), el jugador de Barrika ha comenzado con paso corto su andadura en el GC of Houston, dejándose para el viernes el trabajo de confirmar su clasificación para el fin de semana y seguir con la excepcional racha de cortes de 2017, donde no ha fallado uno solo. Un poco más complicado lo tendrá el canario Rafa Cabrera-Bello (75 golpes, +3), a quien se le atragantó en exceso la parte inicial de sus segundos 9 hoyos y se ha marchado con números en positivo a Casa Club.
No se le pueden poner muchos peros a Rahm en la primera jornada, eso es cierto. El vasco fue preciso con el driver, como en todo el Match Play, pero sus golpes a bandera le acabaron condenando en un día donde las oportunidades claras de birdie brillaron por su ausencia. Solo en dos ocasiones consiguió crearse ocasiones de restarle golpes al campo por debajo de los tres metros de distancia del agujero, un argumento insuficiente para verle codearse junto a los mejores en este inicio de evento. De ahí su estadística en green: -1,43 golpes ha perdido respecto a sus rivales en las inmediaciones de bandera. Así pues, dos birdies y un bogey que a la postre se han convertido en sus únicos vaivenes de una vuelta tranquila.
Algo más movidita ha sido la del isleño, que empezó bien con un birdie al 3 pero a la que pronto empezaron a llegar los problemas. El doblebogey del 4 y, sobre todo, los cuatro bogeys entre el 9 y el 14 le dejan con +3, en una situación peligrosa de cara al viernes y a once golpes de Rickie Fowler (64 golpes, -8), primer líder del evento. El californiano lo hizo todo bien, con una precisión milimétrica con lo hierros que le permitió patear con comodidad desde posiciones cercanas. Ocho birdies que valen oro y que le otorgan la primera alegría de la semana en Texas.