Las espadas están en todo lo alto después del primero de los dos envites que condujo a Jon Rahm (68 golpes, -16) al Stadium Course de La Quinta. El jugador español volvió a bajar de los 70 impactos después de un nuevo día acertadísimo con todos los palos de su bolsa y, aunque es cierto que se ha deslizado hasta la séptima plaza, mantiene las opciones de poder retener el título logrado hace doce meses. Aunque, eso sí, se tienen que dar un cúmulo de circunstancias entre las que se encuentran que Phil Mickelson (66 golpes, -22) baje un poco el gran nivel demostrado hasta el momento.
Aparecía el jugador vizcaíno en la jornada sabatina ante el tercer y último campo de la rotación: el siempre temible Stadium Course. Y lo cierto es que, lejos de empequeñecerse, el León de Barrika se hizo grande para imponerse a las adversidades. Unos contratiempos que llegaron pronto en forma de bogey. Corría el hoyo 5 cuando el español sellaba con error su primer par 5 del día. Sin embargo, lejos de lamentarse, Rahm respondió rapidísimo con dos birdies consecutivos que dejaban en agua de borrajas el fallo anterior.
Esto le dio el impulso que necesitaba para afrontar con garantías la segunda parte del recorrido. Y es que en los nueve hoyos finales el español sumó cuatro birdies y un solo error para colocar el cuatro bajo par en el día y el 16 bajo par en el global, un resultado que lo coloca a tres de un podio que en estos momentos es propiedad de Adam Long (63 golpes, -19), Adam Hadwin (65 golpes, -20) y Phil Mickelson, que está haciendo méritos más que suficientes para colocar una victoria más en su dilatada carrera.
El genio de San Diego entregó este sábado una cartulina con seis birdies sin errores en el Stadium Course para guardarse todas las opciones de lograr un triunfo que no consigue desde el WGC-México de la temporada anterior. Un triunfo que supondría su 44º título en el PGA Tour y el 50º en el global.