A pesar de haber iniciado la ronda como un tiro, Jon Rahm pasó por diferentes fases en el transcurso de las poco más de cuatro horas que duró su jornada de Golf. El vizcaíno, que empezó con una serie extraordinaria de cinco birdies en los siete primeros hoyos -un hecho que facilitó que muchos le dieran ya como ganador del torneo- hacía así buenos los pronósticos que vaticinaban un triunfo del español en este último evento del curso. Pero todo pareció volverse en su contra sólo unos minutos después, como el propio vizcaíno reconoció a los micrófonos del European Tour una vez se confirmó su triunfo.
“A decir verdad hoy siento como si hubiese tenido dos días en uno. El primero durante los primeros siete hoyos, donde parecía que no podía errar un tiro. Me sentía con mucha confianza en mi juego y todo estaba yendo rodado. La puesta en escena fue increíble. Sin embargo, un mal golpe de salida y tres putts lo llevaron todo a la dirección equivocada. Pude mantenerme con los birdies en el 10 y en el 14, pero seguía cometiendo algunos errores. Hubiese sido un día muy diferente si no llego a tripatear en el 9 y en el 15, pero sucedió y me hizo dar lo mejor de mí para acabar ganando”, afirmó.
Una victoria que llegó con mucho sufrimiento después de tener la obligación de lograr un birdie en las tres últimas banderas para evitar salir al PlayOff de desempate junto a Fleetwood. Una situación que al español le recordó a aquella que tuvo Nicklaus en el Open de 1966 disputado en Muirfield. “Me paré en el tee del 16 tras el tripateo del 15 y me dije a mí mismo que con un tres-cuatro-cuatro en los tres últimos hoyos ganaba el torneo. No importa lo que hagan los demás, con eso gano. Y eso hice. Jugué tres banderas realmente sólidas”, sentenció el actual número 3 del planeta, al que ahora nadie le puede poner en duda que haya decidido descansar durante las últimas semanas.