Si existía cualquier esperanza para que Jon Rahm (72 golpes, -4) consiguiera un gran resultado con el que situarse en las primeras posiciones de la clasificación del Tour Championship –último torneo de la temporada 2018/2019– este viernes el East Lake GC de Atlanta se ha encargado de echarla por tierra. Pues, al contrario de lo que sucediera el jueves, el español se ha mostrado muy errático durante todo el día –sobre todo desde el tee y en los metros finales- y se queda en estos momentos a nueve golpes de un Brooks Koepka (67 golpes, -13) que ha vuelto a demostrar que su hambre de victorias sigue sin saciarse en este 2019.
Rahm empezó tranquilo, consciente de que una vuelta bajo par como la de la primera jornada podría jugar a su favor en un día con unas variables condiciones climatológicas –a la vista está que se tuvo que suspender el torneo durante unos cuantos minutos debido al riesgo de tormenta eléctrica-. El León de Barrika no conseguía encontrar el camino del birdie, pero tampoco pasaba por demasiados problemas cuando le tocaba salvar el par. De esta manera Rahm sellaba sus primeros nueve hoyos sin conocer ni el acierto ni el error mientras veía por el rabillo del ojo cómo sus rivales no le daban tregua al complejo.
Esto hizo aumentar su inquietud y fruto de ello llegó su primer fallo en el día. Fue en la décima bandera, donde no fue capaz de enderezar una salida directa al rough de la izquierda. Rahm no se sentía cómodo y otro error desde el tee en el 16 provocó su segunda alarma en la cartulina.
En esta ocasión tuvo forma de doblebogey, lo que le ponía con un +3 en el día y con la obligación de arañar un birdie en el 18 si no quería verse relegado de los doce primeros lugares de la clasificación. Y al decimoctavo intento lo logró. Un birdie final que le permite quedarse en el Top 11 y tener todavía opciones de pelear por uno de los grandes bonus del año.