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El León de Barrika nos hizo trasnochar, pero bien mereció la pena vivir el PlayOff. Foto: @PGATour
Ni protagonizando una primera ronda en la que bordeó las últimas posiciones ni cometiendo un gran fallo en la jornada del movimiento que le supuso regalar un golpe, ni siquiera teniendo delante en el PlayOff a todo un Dustin Johnson. Jon Rahm (64 golpes, -4) se repuso a todo esto y mucho más para protagonizar una de las rondas del año en el que es sin duda alguna uno de los campos más difíciles de la mejor gira del planeta. Olympia Fields volvió por sus fueros y presentó unas posiciones de bandera terribles que obligó a los jugadores a plantear la vuelta como si de un US Open se tratara, pero allí estaba el vizcaíno para capear con destreza todo a lo que se enfrentaba.
El León de Barrika llevó a cabo un domingo colosal que le permitió, no sólo recuperar los tres golpes de desventaja con los que partía al comienzo de la ronda con respecto a los líderes, sino meterle dos golpes a sus rivales durante algunos momentos. Y es que el español lo hizo prácticamente todo a la perfección desde el inicio, cuando logró un birdie en el 1 al que acompañó poco después con otro gran putt en el 4. En esos momentos, el actual número 2 del planeta -no ha podido recuperar la corona después de que Dustin Johnson (67 golpes, -4) finalizara segundo en solitario– se deshacía del positivo que lo había acompañado desde el jueves.
Su objetivo se acercaba un poco más, pero todavía tenía por delante un largo camino por recorrer después del buen inicio que habían protagonizado tanto DJ como el chileno Joaquín Niemann (67 golpes, -2), quien lideró durante algunos minutos el campeonato. Es por esto que Jon se puso el mono de faena y, con un juego un punto más agresivo, fue buscando el trapo a la mínima ocasión. Y tanto insistir le acabó dando resultados. Birdies al 10, 12, 15 y 16 -este tras un estratosférico putt desde más allá de nueve metros– y sus rivales, con un ojo en el marcador, se fueron desinflando poco a poco.
Pero aún quedaba el coletazo final de Dustin Johnson que, cuando parecía que estaba todo el pescado vendido, llevó a cabo el golpe de la semana en el 18 -o eso pensábamos en ese instante- después de embocar la bola cuando ésta se encontraba a más de 13 metros del agujero con caídas a ambos lados del green. Así pues, los dos jugadores se vieron de nuevo las caras en el 18 con un título en juego. Un triunfo que se acabó adjudicando el español después de llevar a cabo uno de los putts más impresionantes de toda su carrera y, sin lugar a dudas, el golpe del campeonato. Un puro desde 20 metros con el que se cobró la venganza ante el estadounidense, que hace unos años le apartó de la victoria en la final del WGC-Match Play.
De este modo, Jon Rahm consigue la quinta victoria de su carrera en el PGA Tour y la primera en unos PlayOff de la FedEx Cup -estreno también en esta faceta para España– que le permite subirse al segundo escalón de la orden de mérito del presente curso y darse una gran oportunidad la próxima semana de convertirse en el primer español de la historia que logra proclamarse vencedor de la FedEx para seguir escribiendo páginas doradas de una trayectoria que no conoce techo.
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