Es difícil explicar cómo es posible que el golfista vasco se haya ido a Casa Club con solo un -2 en la tarjeta en la ronda sabatina después de la auténtica exhibición que dio sobre la hierba del TPC Deere Run de Silvis (Illinois). Pero así es el golf, y no vale de nada dejarse enormes oportunidades de birdie con los golpes a bandera si después se vive un día difícil con el putter en las manos.
Jon Rahm (-9) se presentaba en sus terceros 18 hoyos con la difícil misión de, al menos, igualar el magnífico -5 del viernes. Y lo cierto es que en el comienzo de la ronda dio muestras de que este deseo podía convertirse en realidad. Tres birdies en las cuatro primeras banderas pusieron de manifiesto que el jugador de Barrika venía a comerse el mundo. Pero entonces su acierto en los greenes se cortó de raíz y los putts de dos metros dejaron de entrar, lo que le obligó a firmar el par en todos sus restantes hoyos de la primera vuelta.
Pero lo peor vino después, con un doblebogey en el hoyo 11 tras una paupérrima salida desde el tee y otro en el 15 después de tripattear. A Jon no le quedó mucho margen de maniobra, pero al menos pudo convertir tres birdies más en el 14, el 16 y el 17 con los que se deja una oportunidad en la ronda dominical de poder añadir en su currículum un nuevo Top 10 en estos primeros meses como profesional.
En la parte de arriba los estadounidenses Ryan Moore (-18), Ben Martin (-17) y Morgan Hoffmann (-17), salvo sorpresa de última hora, pelearán este domingo por el triunfo en el John Deere Classic.