20 centímetros. Esa fue la distancia que separó a Jon Rahm (-13) de su primer Top 10 de la temporada en el PGA Tour. Un resultado que hubiera supuesto el colofón a un día que tuvo de todo para el vizcaíno y para el que se queda con la miel en los labios después de lograr un tres por debajo del par en el día y de haber coqueteado con la cabeza del torneo durante toda la competición. Pero así es el golf. Decía un conocido anuncio que es en las distancias cortas es donde te la juegas y no hay mayor slogan para lo que en la tarde del domingo le sucedió al deportista de Barrika.
Hasta tres oportunidades tuvo Rahm de subir el catorce bajo par a su marcador y con él coger un lugar entre los más destacados del torneo. Sin embargo, un mal golpe de salida en el par 5 del 16 –el hoyo más fácil de todos cuantos se jugaron este domingo- le privó de la oportunidad de birdie ahí y dos putts sin fortuna en el 17 y el 18 le colocaron definitivamente en el T15, un resultado del que ya hizo gala en el Safeway Open, el primer evento de la temporada disputado en California.
El madrileño Gonzalo Fernández-Castaño (-7) puede irse más que satisfecho con el T48 logrado. No tanto por el resultado en sí, que también, sino por haber tenido la posibilidad de sumar unos cuantos dólares en una semana que estaba diseñada en un principio para que no hubiese podido ni tan siquiera jugar. Con este resultado el golfista capitalino suma su segunda semana superando el corte de manera consecutiva con grandes sensaciones en su juego. En este Shriners Hospitals for Children Open lo ha hecho sin ceder ni un solo día números en positivo, aunque también es cierto que se ha quedado muy lejos de los registros de los primeros clasificados.
Y es que Rod Pampling (-20), el flamante vencedor del torneo, le ha sacado la friolera de trece golpes, unos guarismos que le han servido al australiano para volver a sumar una victoria en el circuito norteamericano más de una década después –la última dató del Bay Hill Invitational del año 2006-. De esta manera el oceánico consigue su tercer trofeo en el PGA y se asegura la exención en la gira hasta el año 2019.