Un extraordinario birdie en el hoyo 2 nos hizo soñar con uno de esos días mágicos a los que nos tiene acostumbrado en los últimos tiempos Jon Rahm (73 golpes. +1). Sin embargo, la producción de magia del vizcaíno se paró aquí. Y es que pese a que consiguió tres birdies más durante el resto de ronda, los fallos desde el tee le acabaron condenando a cosechar cuatro bogeys y a marcharse a Casa Club con guarismos en positivo –después de todo, podemos ver que cogió solo un 50 por ciento de calles, unos números más bajos de los habituales-.
Rough, bunker, fuera de límites e incluso agua. Rahm visitó todos los lugares posibles en la salida, cosa que le hizo ir a contracorriente desde el inicio en algunas banderas. Por suerte, el putter sí que estuvo fino. Y por aquí es por donde el León de Barrika tendría que comenzar a forjar su ataque de cara al viernes si quiere tener posibilidades de dar caza al estadounidense Jason Dufner (65 golpes, -7) y al sueco David Lingmerth (65 golpes, -7), que lideran el Memorial tras los primeros 18 hoyos con Spieth (66 golpes, -6) y Summerhays (66 golpes, -6) pisándoles los talones.
Precisamente Summerhays fue testigo de cómo se le salió la cadena a Rafa Cabrera-Bello (79 golpes, +7), quien desde el turno de mañana sufrió para guardarse alguna opción de poder estar el sábado entre los mejores. El grancanario, con unas malas estadísticas de greenes en regulación –cazó solo uno de cada tres-, tampoco estuvo fino en las inmediaciones de bandera, lo que le acabó pasando factura con dos doblebogeys, cinco bogeys y dos solitarios birdies que le ponen cuesta arriba la posibilidad de continuar hasta el domingo.