Todo indica que será el primer triunfo de muchos y que nos esperan sorpresas muy agradables de este gran jugador llamado Jon Rahm. Hace muy pocas horas Phil Mickelson, poco habituado a regalar elogios, decía de él que era “más que un buen jugador joven”, que se trataba de “uno de los mejores golfistas del mundo”. Y es que pese a sus 22 primaveras, este deportista nacido en la pequeña localidad vizcaína de Barrika acumula una gran cantidad de condecoraciones y medallas.
Dos años seguidos número 1 amateur, triunfador hasta en dos ocasiones del Ben Hogan Award -único en conseguirlo en toda la historia- y hasta se llevó a casa el Jack Nicklaus Award, el premio más grande al que puede aspirar un golfista universitario en Estados Unidos. Y por si esto fuera poco, a los pocos meses de lograr una tarjeta en un tiempo récord en el PGA Tour –pudo contar con los dedos de una mano los torneos que necesitó para hacerse con ella- se convierte en el cuarto español en la historia tras Seve, Olazábal y Sergio en vencer en un evento del país de las barras y estrellas para meterse entre los 50 mejores del planeta. Casi nada.
Es por esto que desde hace unas horas son muchos los aficionados a uno y otro lado del charco que se hacen la misma pregunta: ¿Estamos ante el comienzo de la “era Rahm”? Todo parece ser así, al menos en lo que respecta a la euforia desmedida que despertó su enorme superioridad durante todo el fin de semana en Torrey Pines, algo que se hizo todavía más palpable el domingo, cuando empezó a mostrarse seguro en las inmediaciones de green y dejó varios golpes para el recuerdo, como el del putt en su última bandera que ya forma parte del imaginario colectivo nacional.
¿La parte más bonita de todo esto? Que no ha hecho más que empezar. Ahora, con la tarjeta para los próximos años en el bolsillo, Jon podrá dar rienda suelta a su calidad en algunos de los recorridos más bellos del planeta, como el del Augusta National. ¿Se convertirá Rahm en el tercer español que sale de Georgia con la Chaqueta Verde sobre los hombros? Solo el tiempo lo dirá.