Una semana más nos quedamos sin ver en el PGA a todos nuestros representantes en los dos últimos días de competición –y eso que esta vez Gonzalo Fernández-Castaño (78 golpes, +4) no tuvo que ir contra remolque para intentar salvar los muebles a última hora-. Por segunda semana consecutiva Jon Rahm (69 golpes, -3) se encuentra solo ante el peligro en un evento del circuito más importante del mundo después de que el golfista madrileño se viera envuelto en un día para olvidar y se fuera hasta los 78 golpes que tiraron por tierra todo el trabajo llevado a cabo durante las primeras horas en Torrey Pines.
El -2 con el que el capitalino llegó a estos segundos 18 hoyos se volatilizó en un abrir y cerrar de ojos, el tiempo que tardó en acumular un bogey y un doblebogey en su quinta bandera del viernes. Uno sobre par en la general y los fantasmas que empezaban a aparecer. Ni siquiera le dieron resuello los birdies al 5, al 6 y al 9 para marcharse solo con +1 en el día tras su paso por el nueve. Y es que tres bogeys y un doblebogey seguidos del 11 al 14 cortaron de raíz todo conato de permanecer en el Farmers hasta el final y le dieron la responsabilidad de representar a la Armada al vizcaíno, que lo aceptó de buen grado.
Cinco birdies y dos bogeys acabó plasmando en la tarjeta el de Barrika para añadir un nuevo corte más en su historial y situarse en el T21, a solo dos golpes de los seis primeros clasificados después de un día muy igualado en el que Justin Rose (71 golpes, -8) sigue líder en solitario pese a haberle podido restar solo un golpe al campo. Algo que no pudieron hacer ni Dustin Johnson (74 golpes, +2), ni Jason Day (74 golpes, +3) ni Tiger Woods (72 golpes, +4), quienes en el denominado encuentro estelar fueron apeados del torneo después de 36 hoyos en los que ni siquiera el regreso de Tiger animó unos descafeinados partidos.