Hemos perdido la cuenta de las veces que hemos visto a Jon Rahm (65 golpes, -13) en esta tesitura pese a no cumplir todavía los dos años como profesional, pero es alucinante. Porque después de todo por lo que pasó la semana pasada en Torrey Pines y de jugar por tercera semana consecutiva en el circuito hay que estar hecho de otra pasta para a falta de una ronda volver a estar en plena lucha por llevarse otra victoria del PGA Tour. A base de tesón, garra y buen juego el León de Barrika ha entregado una de las mejores cartulinas del día con la que se ha colocado segundo, a un solo golpe de Rickie Fowler (67 golpes, -14).
Un día en el que fue claramente de menos a más y consiguió desplegar todas sus armas con una facilidad pasmosa -al menos en apariencia-. 57 por ciento de calles cogidas, 72 por ciento de greenes en regulación y unos nada desmerecedores 2,78 golpes ganados alrededor de bandera con respecto al resto de integrantes del fin de semana fueron los guarismos que presentó el vizcaíno para postular a un triunfo que le acercaría muchísimo al objetivo del número 1 mundial.
Pero paso a paso, como hizo este sábado, donde comenzó tranquilo aprovechando su oportunidad de birdie en el par 5 del 3 para hacer un in crescendo propio del mejor director de orquesta. Porque a pesar del bogey del 10, Rahm se repuso enseguida con un birdie en el 11, otro en el 13 y un final de campanillas con otros tres consecutivos del 15 al 17 que le sitúan a solo un impacto del californiano Rickie Fowler, quien sigue dominando por segunda jornada consecutiva sobre la hierba del TPC Scottsdale.
Pero el norteamericano, que este sábado acabó con cuatro birdies en sus seis últimos hoyos para mantener su posición de privilegio, no es el único peligro con el que tendrá que lidiar el español en las últimas horas del evento. Con 13 bajo par también aparecen Chez Reavie (67 golpes, -13) y Bryson DeChambeau (68 golpes, -13) y uno por detrás un increíble grupo del que forman parte Xander Schauffele (66 golpes, -12), Phil Mickelson (66 golpes, -12) y Daniel Berger (68 golpes, -12). Un extraordinario cartel para un gran fin de fiesta.