El coach español Ramón Bescansa tiene nada menos que ocho empleos este fin de semana en el Mayakoba Golf Classic, que se disputa a orillas del Caribe mexicano. Ramón entrena a tres golfistas mexicanos, un argentino, un chileno y dos estadounidenses, uno de ellos, el líder después de tres rondas, Harris English.
“Ramón ha sido fantástico. Es un gran amigo y jugador. Lo que ayuda mucho, porque sabe realmente de que está hablando. Mantiene todo tan simple y positivo. Si compites con Ramón en el juego corto y le ganas, es que estás chipeando y putteando muy bien”, señala English después embocar desde fuera del green en el último hoyo y terminar su segunda ronda de 7 bajo par.
Por si fuera poco, esta semana, Bescansa también se ha echado al hombro la bolsa de su primer alumno, el mexicano Roberto Díaz. “Hemos trabajado por más de siete años y sigo aprendiendo, lo que lo hace un coach increíble, es que te entiende como jugador. Sabe lo que se necesita para competir, y no te habla a medias, siempre te habla con la verdad. Hemos creado una amistad enorme, definitivamente es de mis mejores amigos”, comenta Bobby Díaz sobre su caddie durante esta semana.
El gallego Bescansa llegó a Estados Unidos con 15 años para prepararse en la Academia de David Leadbetter, a lo que siguió su etapa en la Universidad de Carolina del Norte y diez años de carrera en el golf profesional, que se truncó en 2012 como consecuencia de una fractura en la mano.
“En cuanto paré, sabía que me quería quedarme en esto porque amo el golf. Desde el principio quería ser más que un entrenador de swing, quería ser un coach como en otros deportes”, dice Ramón, que empezó con Díaz y entrena ahora a Carlos Ortiz, Abraham Ancer, Fabián Gómez, Joaquín Niemann, Harris English y Tyler Duncan.
“Mi putt ha pasado de ser una segunda debilidad a uno de los puntos fuertes de mi juego. Le estoy muy agradecido porque es un gran entrenador”, señala Carlos Ortiz acerca de Bescansa.
Abraham Ancer se sumó este año a su cartera de clientes. “Conozco a Abraham desde hace años. Le había ayudado un par de veces antes y este año empecé a trabajar con él en el Players y de ahí me incorporé a su equipo. La primera semana en el TPC ya tuvo opciones de ganar el torneo y ha sido impresionante verle crecer”, comenta Bescansa, que ha vivido en directo el ascenso vertiginoso de Ancer a la élite del golf mundial.
“Tiene demasiada buena vibra. Es muy buena persona y muy buen coach. Casi no tocamos nada técnico, porque yo soy mucho de feeling. Me ayuda a practicar de la manera correcta y siento que me ha ayudado mucho este año”, dice el número 36 del mundo y el primer mexicano seleccionado para el equipo internacional de la Presidents Cup, la competición bienal que se disputará en diciembre en Australia.
Ancer compartirá equipo en la Presidents con el chileno Joaquín Niemann, otro de los notables alumnos de Ramón Bescansa. “Joaco es un muchacho impresionante con un potencial enorme. Le encanta trabajar, está súper enfocado durante las prácticas y ha dado un cambio enorme con su putt. Lo mejor está por llegar”, comenta el coach sobre el joven chileno.
“Partí hace medio año y me da harta confianza y me ayuda a sacar la pelota en línea. Al final de la temporada se ha notado mucho en los resultados, sé que cuando el putter se prende siempre voy a estar metido ahí, así que me da tranquilidad”, dijo de su entrenador Niemann, que se ha despedido de México después de dos rondas con un resultado acumulado de +2.
Ramón, casado con una veracruzana, se siente a gusto en tierras mexicanas. “Mi relación con el golf mexicano ha sido muy buena siempre. Tuve la ocasión de trabajar con Santiago Casado, el seleccionador nacional, durante un año para preparar el mundial que se jugó en México en 2016”, recuerda Bescansa.
Sus largas jornadas durante el Mayakoba Golf Classic demuestran su ética laboral y su pasión por el golf. “Es un gran tipo. Trabaja duro, es muy humilde y está aquí para ayudarnos”, dice Harris English.
Una disciplina que Ramón Bescansa aplica también a sus jugadores: “Me gusta asegurarme de que ponen el trabajo porque al final el trabajo es lo que te trae los frutos”.