Una de cal y otra de arena. Así es como puede definirse esta primera jornada del Women’s Australia Open para las dos jugadoras de la Armada que han hecho acto de aparición este jueves en el último torneo antes de que la LPGA se tome un descanso de, aproximadamente, un mes después de la suspensión de las próximas tres citas en Asia por culpa del brote de coronavirus que está salpicando China. Y es que si Beatriz Recari (71 golpes, -2) ha podido recuperarse del mal trago de hace siete días en el Vic Open, Azahara Muñoz (74 golpes, +1) ha sufrido en sus carnes el déficit de semanas competitivas.
Aunque empecemos hablando de la navarra quien, esta vez sí, ha conseguido entregar una cartulina por debajo del par del campo después de unos números a los que ni siquiera llegó a acercarse hace siete días. La pamplonica sólo erró en toda la jornada dos calles, lo que le facilitó la tarea de quedarse en mejores posiciones para atacar la bandera y gozar de mejores oportunidades de restarle golpes al Royal Adelaide Golf Club. Y a la vista está viendo su efectividad con el putter.
28 disparos desde las inmediaciones de bandera realizó la española, anotándose cinco birdies en total -tres por la primera parte del recorrido y dos por la segunda- que le permitieron establecerse en el Top 35 que ocupa en estos momentos, a sólo dos golpes de entrar en un Top 10 que domina la inglesa Jodi Ewart Shadoff (66 golpes, -7) y a la que le siguen se cerca las surcoreanas Jeongeun Lee6 e Inbee Park. Un resultado que podría haber sido incluso mejor si no llega a ser por los bogeys con los que esporádicamente fue salpicando su tarjeta.
Unos números que se le quedan muy lejos a Azahara, quien finalizó con uno sobre par después de un día en el que tres bogeys y dos birdies destacaran por encima del resto en una cartulina que incluso la vio en algunos momentos en negativo -tras el doce su resultado era de -1-. No obstante, la de San Pedro de Alcántara se sitúa a un par de golpes del corte y este viernes tendrá que poner toda la carne en el asador si no quiere marcharse a casa antes de tiempo.