Lo tuvo en la palma de la mano, pero a Gonzalo Fernández-Castaño (67 golpes, Par) se le acabó escapando el corte del Greenbrier por solo un golpe de distancia. El golfista madrileño, como ya sucediera hace dos semanas en el Travelers, vuelve a quedarse con la miel en los labios por culpa de un mal día. Fue el jueves, cuando un comienzo desafortunado de jornada dio con sus huesos en un tres sobre par que le resultó una losa difícil de salvar este viernes.
Y no será porque no lo intentó en este segundo día de competición. De hecho, para no sufrir como hace 24 horas salió predispuesto a hacer las cosas bien desde el inicio. Y su modo ofensivo dio réditos desde los primeros minutos. Dos birdies en sus dos primeras banderas le colocaron muy cerca de la machada y aunque en el tres cometió un bogey después de no encontrar el green en la salida del par 3, se recuperó de nuevo con un extraordinario approach en el cinco que le dejó el birdie prácticamente dado.
Así concluyó la primera parte de su recorrido. El corte se vislumbraba cerca y mucho más con el birdie en el 10 después de un magnífico putt desde 6,75 metros. Ya tenía el Par total, solo un pasito más y el negativo llegaría a su cartulina… Pero no pudo ser. Lo intentó de todas las maneras posibles –bola colgando del agujero en el penúltimo hoyo incluido-, pero los guarismos poco se movieron toda vez que contabilizó un bogey y otro birdie más en el 11 y el 14, respectivamente.
De esta manera el capitalino pierde una oportunidad de oro para seguir rascando dólares en su intento por retener la tarjeta del circuito estadounidense y deja vía libre a su colega Sebastián Muñoz (67 golpes, -12), quien ha abierto brecha con sus rivales y sigue comandando con mano de hierro la tabla del White Sulphur Springs. Ya son tres los impactos que le separan de los estadounidenses Ben Martin (67 golpes, -9) y Hudson Swafford (66 golpes, -9) y cuatro de la tripleta conformada por Davis Love III (69 golpes, -8), Russell Henley (64 golpes, -8) y Danny Lee (68 golpes, -8) llegado el ecuador de un campeonato que se presenta emocionante.