Lo que parecía que iba a convertirse en una apacible jornada en el D+D Real Czech Masters con los seis españoles luchando por avanzar hasta el fin de semana del evento centroeuropeo ha estado a punto de terminar en pesadilla. Y es que solo dos compatriotas estarán en los últimos 36 hoyos del evento después de un difícil día en el que a duras penas han podido salvar los muebles para seguir en la pelea.
Uno de los que más ha sufrido ha sido Nacho Elvira (73 golpes, -6), que ha visto cómo el Top 5 que tanto esfuerzo le costó conseguir en la ronda del jueves se desvanecía ante sus ojos tras unos minutos de desconexión. Porque fueron eso, minutos. El tiempo que tardó el cántabro en disputar los hoyos 16 y 17 -comenzó su vuelta por el diez– y salir de ellos con un doloroso doblebogey-bogey que dejaba sin efecto tanto la jornada anterior como los dos birdies sin error de las seis primeras banderas.
Esto trastocó los planes del español que, a pesar de rehacerse con un birdie en el 18, volvió a errar en otro par 3 -esta vez el del hoyo 3– para finalmente entregar una cartulina con un golpe por encima del par, irse más allá de los 20 primeros clasificados y quedarse a seis impactos del líder Gavin Green (68 golpes, -12). Junto a él estará en el fin de semana Pep Anglés (73 golpes, -4), que vivió un final para olvidar -cometió un doblebogey y un bogey en las tres últimas banderas- para entregar también una cartulina con el signo positivo y quedarse en la frontera de los que siguen y los que se van.
Una línea que no superaron Pedro Oriol (72 golpes, -3), Alejandro Cañizares (71 golpes, -3), Scott Fernández (74 golpes, -2) y Carlos Pigem (74 golpes, +2), diciendo adiós a las posibilidades de salir al campo en la jornada del movimiento. Por lo que respecta al Challenge Tour, enorme remontada la que está protagonizando Adrià Arnaus en el Rolex Trophy, donde ha firmado la segunda y tercera ronda con 67 golpes -recordar que este torneo comenzó el miércoles- para irse hasta la undécima plaza -eso sí, a ocho golpes del alemán Marcel Schneider y el finés Kim Koivu.