Qué auténtica brutalidad lo que ha logrado en la jornada dominical Rickie Fowler (61 golpes, -18). El estadounidense, que partía desde la quinta plaza a siete impactos del líder Charley Hoffman (72 golpes, -14) dio toda una clase magistral de cómo encarar unos últimos 18 hoyos de un torneo y se alzó con la victoria en el Hero World Challenge a base de empeño… y birdies. Hasta once sin error logró el californiano, quien inició la vuelta con un estratosférico ocho bajo par en las nueve primeras banderas -sumó birdies del 1 al 7 de manera consecutiva-.
Con un dominio imperial del driver, un clase sin parangón con los hierros y un toque sutil en el putter, el norteamericano acaparó las alabanzas sobre la hierba del Albany y de paso recuperó una senda de la victoria de la que pareció desviarse desde que en febrero cogiera el toro por los cuernos en el Honda Classic. Sí, de acuerdo, las condiciones de juego no fueron como las del sábado -con aquellos vientos racheados-, pero hay que estar ahí y hacer ese resultado, algo que muchos ni siquiera se acercaron a conseguir.
Uno de los que más cerca estuvo -al menos durante algunos momentos de su recorrido- fue Tiger Woods (68 golpes, -8). Y es que el inicio del ex número 1 del mundo fue un auténtico recital de juego, sabiendo sacar partido a los pares 5 y demostrando que su pegada sigue siendo extraordinaria -el ejemplo más claro lo vimos en el par 4 del 7, cuando llegó al green desde el tee y pateó para conseguir el eagle-. La lástima vino en el 10, con ese doblebogey que le impidió que los tres birdies posteriores le dejaran muy cerca del podio. Dos bogeys finales se colaron en la tarjeta.
Así pues, el 14 veces ganador de Major se despidió del evento en la novena plaza, dejando unas muy buenas sensaciones a las que trataremos de sacar punta esta semana y dejando bien claro que ha regresado para quedarse entre los mejores.
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