A un mes escaso para que dé comienzo la Ryder Cup, Jim Furyk afronta uno de los grandes debates al margen de las invitaciones que repartirá en pocas semanas: el estado de Rickie Fowler. No por su forma, sino por su salud. Y es que el jugador nacido en Murrieta ha confirmado que se retira por segunda semana consecutiva de un evento de los PlayOff de la FedEx Cup, dando rienda suelta a los rumores que apuntan a que el californiano no va a llegar a tiempo para disputar la cita bianual con garantías de éxito.
Muchos calificaban su retirada del Northern Trust como una “huida preventiva” para no agravar su salud, pero esta baja en el Dell cuando no tiene garantizada su presencia en el Tour Championship -último evento de los PlayOff al que acceden los 30 mejores- al ocupar el puesto 22 es un jarro de agua fría para todos sus fans, quienes se están temiendo lo peor.
Más que nada porque su lesión de oblicuo -un músculo que se encuentra en el abdomen y que es fundamental a la hora de efectuar tanto la flexión como el giro del cuerpo- viene de tiempo atrás, como ya dio a conocer ante los medios de comunicación tras la disputa de la segunda ronda del PGA Championship sobre la hierba de Bellerive. Finalmente él pudo terminar el torneo para conseguir un meritorio T12, pero una resonancia magnética a la que se sometió tras el eventó reveló que padecía una distensión en este músculo.
Así pues, no queda otra que esperar una semana y ver cómo van evolucionando los acontecimientos, pero de perderse también el BMW Furyk podría tener un problema a la vista -y muy serio-.