Rickie Fowler mantuvo una lucha frenética en el Abu Dhabi HSBC Golf Championship con sus más inmediatos perseguidores, pero dos momentos mágicos y los tres golpes de ventaja con los que comenzó su ronda final propiciaron la victoria del estadounidense descendiente de la tribu india de los Navajos por parte de su abuela materna y japoneses por parte de su abuelo materno, de ahí su segundo nombre Yutaka.
El californiano nacido en Murrieta acumuló 16 bajo par (272 golpes) después de entregar cartulinas de 70, 68, 65 y 69 imponiéndose a jugadores de la talla de Jordan Spieth (nº 1 del mundo) y Rory McIlroy (nº 3).
Todo parecía tranquilo en el camino de Fowler hasta que llegó el par 3 del hoyo 7 donde anotó un doblebogey tras un grave error. Cuando muchos podrían pensar que la intranquilidad y los nervios podrían apropiarse del estadounidense vino lo que podría ser uno de los golpes del año. Fowler firmó un eagle en el 8 desde el bunker poniendo de nuevo las cosas en su sitio. El segundo momento clave vendría en el 17, cuando embocó un chip decisivo de cara a la victoria final.
Por detrás de Fowler, a un solo golpe (-15), acabaría el belga Thomas Pieters quién se quedó a las puertas de obtener su tercera victoria en el Circuito Europeo. Henrik Stenson y Rory McIlroy compartirían la tercera plaza, el primero tras su operación de rodillas de hace seis semanas, mientras que el segundo se subió al podio a pesar de realizar 118 putts en la semana, casi 30 por día.
Esta es la segunda victoria de Rickie Fowler en el European Tour tras la obtenida el pasado año en el Abierto de Escocia y su sexto internacional. El triunfo le reporta 409.687 euros.
En cuanto a la participación española, gran quinto puesto de Alejandro Cañizares en su primer torneo de la temporada. Cañi acabó con -11 en el total en una semana en la que solo tuvo que apuntar cinco bogeys, tres de ellos en el primer día.
Peor le fue a Rafa Cabrera-Bello. Una vez más el canario se desinfló en la recta final yéndose hasta la decimocuarta plaza con -9. Cabrera-Bello, aspirante al título en el comienzo de la ronda final, comenzaba con dos birdies en las cinco primeras banderas pero cuatro bogeys en las siguientes ocho le alejaban de cualquier aspiración a la victoria.