Es lo que tienen estos grandes jugadores, evitan droparse y perder un golpe teniendo posibilidad de jugar la bola se encuentre como se encuentre. Es el caso de Rickie Fowler que con un stance imposible dentro del obstáculo, no dudó en meterse dentro del agua -con zapatos incluidos y sin remangarse los pantalones, para golpear la pelota. Menos mal que se encontraba en el hoyo 18 y de allí a la ducha.
Well, good thing it’s the last hole.
Rickie’s shoes are a little wet. #QuickHits https://t.co/ep6s7Ke7Fp
— PGA TOUR (@PGATOUR) 3 de diciembre de 2016





