Después de estar más de año y medio alejado de las victorias y de que en los últimos tiempos corrieran ríos y ríos de tinta intentando encontrarle una explicación al bajo estado de forma de Rory McIlroy (68 golpes, -7), el norirlandés tendrá la oportunidad este domingo de acabar de una vez por todas con todo esto y volver a salir a hombros de un torneo del PGA Tour. Y es que, más allá de la clasificación -que lo sitúa a dos golpes del americano Keith Mitchell (66 golpes, -9)-, las sensaciones han cambiado enormemente de hace un tiempo a esta parte.
Quail Hollow Club le está sentando muy bien al europeo y la más clara muestra es la jornada del movimiento que completó. Rory, que partía del Top 5, se colocó muy pronto en el liderato gracias a cuatro birdies sin errores en las ocho primeras banderas y sólo un fallo puntual le impidió seguir ostentando este privilegio hasta el final del día. Concretamente, fue en la salida del hoyo 12. Aquí, el cuatro veces ganador de Majors estuvo muy cerca de enviarla fuera de límites y acabó anotándose un doblebogey que le quitaba fuerza al grandísimo inicio.
Por suerte, un nuevo birdie en el 15 le da la oportunidad de salir en el último partido del torneo y darse una oportunidad de seguir de cerca las evoluciones del norteamericano. Eso sí, no será el único jugador del campo con una puntuación de -7. Gary Woodland (70 golpes, -7), que arrancó en el duelo estelar del sábado, bajó una plaza y este domingo intentará meterle presión a su compatriota Mitchell desde un lugar más atrás. Como tampoco hay que descartar a Luke List (68 golpes, -6), Satoshi Kodaira (68 golpes, -5) o Scott Stallings (70 golpes, -5), integrantes de un Top 5 que todavía tiene mucho que decir en Charlotte.