Después del Top 59 que cosechó como anfitrión en el Abierto de Irlanda, Rory McIlroy llegaba al Scottish Open con la necesidad de resarcirse. Para ello la organización le preparó un lugar en el gran encuentro de las dos primeras jornadas junto a Justin Thomas y Jon Rahm. Sin embargo, dos rondas con 70 y 71 golpes le imposibilitaron acceder al fin de semana y propiciaron una de las grandes decepciones de la semana sobre la hierba de The Renaissance.
Ahora bien, no todo fue malo para el norirlandés. Y es que el ex número 1 del mundo aprovechó su temprana ausencia en Escocia para viajar al Royal St. George’s y así conocer de primera mano lo que le esperará en sólo unos días en el cuarto y último Major del curso -máxime cuando para este lunes y el martes daban días pasado por agua en esta zona del país inglés-.
Seven years on from becoming a Champion Golfer, @McIlroyRory was sharpening his game at Royal St George’s this morning ahead of his bid to lift the Claret Jug once again ? pic.twitter.com/EIx3x9Ognv
— The Open (@TheOpen) July 11, 2021
“2020 nos proporcionó multitud de desafíos por diferentes razones. De hecho, los otros tres Grandes se disputaron y este no”, confirmó el norirlandés tras realizar una ronda de prácticas en solitario el pasado domingo. “En mi opinión, este es el Grande por antonomasia y que no se disputara fue decepcionante. Eso sí, es comprensible que la situación de Europa no se pudiera comparar con la de Estados Unidos”, reconoció.
A partir del próximo jueves, Rory pisará un campo del que guarda algún que otro recuerdo. No obstante, ha jugado en varias ocasiones tanto en su etapa amateur como en la edición del Open de 2011. “El paisaje parece árido, no hay muchas cosas que destaquen a simple vista. Son sólo un montón de dunas y es difícil ver dónde están los hoyos. Sin embargo, una vez que te plantas en el tee, te acuerdas de todo”, sentenció. Si podrá mejorar el Top 25 de 2011 sólo lo podremos saber en unos días.