Tras un espectacular comienzo de día con cuatro birdies en las seis primeras banderas -todos ellos consecutivos desde el hoyo 3 al 6-, Rory McIlroy se había frenado en seco. Dos bogeys en el 9 y en el 16 y un único acierto más en la decimotercera bandera habían situado al norirlandés con un tres bajo par al llegar al tee del 18. El ex número 1 del mundo necesita algo más para acercarse a un Fitzpatrick que había cuajado una ronda de campanillas. Y este algo más llegó en forma de segundo golpe en el par 5. Un tremendo impacto que le dejó la oportunidad perfecta para conseguir el eagle con un putt de apenas un metro.