Durante los últimos tiempos venimos comentando una tendencia que se ha hecho un hueco semana tras semana en el PGA Tour: el juego lento. Una práctica inadmisible en el mundo profesional que no hace otra cosa que jugar en detrimento del espectáculo y que mina el principio de igualdad dado que unos jugadores deciden emplear un mayor tiempo para realizar el mismo golpe. Una temeridad que ya nos enseñó el European Tour cómo combatirla y que, sin embargo, siguen sin ponerle solución desde el circuito más importante del mundo.
De hecho, ha tenido que ser el reciente campeón del Players, Rory McIlroy, el que ha dado la voz de alarma ante una lacra contra la que bien vale la pena luchar. La chispa que hizo saltar por los aires el polvorín ocurrió en la primera jornada, cuando hubo jugadores que se quedaron sin poder terminar la ronda sobre la hierba del TPC Sawgrass a pesar de no contar con suspensiones de ningún tipo.
¿Juego lento? Miren la rutina de DeChambeau en cada golpe. 80? mirando todos los detalles
“El hecho de que alguien no pudiera terminar los 18 hoyos el jueves y haya tenido que salir al campo a primera hora del viernes es simplemente inaceptable. Significa que los jugadores tardaron 5 horas y 40 minutos en disputar la ronda. Entiendo que completar las 18 banderas pueda llevarte unas cinco horas, pero no debería ser más de eso”, empezó comentando el norirlandés, que tiene bien claro qué es lo que debería de ocurrir para dejar de ver esta tipo de imágenes en los mejores campos del mundo.
“Honestamente, creo que deberían ser un poco más duros y comenzar a penalizar por no cumplir con el tiempo previsto. Sería una manera fácil de combatirlo. Sin embargo, no hacen nada al respecto. Se ha convertido en una especie de plaga en el Tour y hay que tratar de eliminarla”, sentenció.